lunes, 30 de octubre de 2017

Manzano (Malus domestica)



Mansión Blackhurst, Cornualles, 1913
"...Y el jardín, un lugar donde su corazón siempre había vibrado, era más hermoso que nunca. Las flores olían más dulces, se veían más brillante, crecían más rápido. Un día cuando estaba sentada bajo el manzano, y el tibio aire se movía pesadamente a su alrededor, cayó en un profundo sueño... Eliza se despertó de repente, con la certeza de que el sueño era importante, que debía ser convertido en un cuento de hadas..."

Cornualles, 2005
"La retorcida rama de un árbol se extendía sobre la pared, como un brazo. Un manzano, advirtió Cassandra al ver que la rama tenía frutas: brillantes manzanas doradas. Estaban tan madura, tan deliciosamente fragantes, que no pudo resistir tomar una...Se acomodó en una vieja mecedora... Mientras limpiaba la manzana en su camisa, Cassandra volvió la cabeza para mirar por la polvorienta ventana. Las plantas trepadoras habían avanzado a través del cristal, pero podía ver lo suficiente del exterior como para distinguir el desordenado jardín... Se llevó la manzana a la boca. El intenso aroma del sol la embriagó cuando mordió la fruta. Una manzana, de un árbol en su propio jardín, un árbol plantado hacía ya muchos años y que seguía produciendo fruta. Era dulce. ¿Las manzanas siempre eran dulces?"

En “El Jardín olvidado” conoceremos tres historias unidas por mujeres, pero separadas en el tiempo. En primer lugar, a principios del siglo XX, con la Primera Guerra Mundial a punto de estallar, una niña viaja a Australia sola, pues quien debía cuidar de ella, desaparece.
Años más tarde, cuando Nell O´Connor cumple veintiún años, descubre que es adoptada, lo que hará gran mella en ella, pero será años más tarde, cuando decida buscar a su familia en Cornualles.
Casandra, la nieta de Nell, recibe en herencia una cabaña con jardín en Cornualles, pero ese lugar no parece ser muy querido por las gentes de la zona, pues dicen que esconde muchos secretos.

Kate Morton, la autora:


Kate Morton nació en Australia del Sur y, como niña, se trasladó con su familia muchas veces antes de que se establecieron, por último, en la montaña de Tamborine en el sureste de Queensland. Allí asistió a una pequeña escuela rural y pasó gran parte de su infancia inventando y jugando juegos de fantasía con sus dos hermanas. Kate se enamoró de los libros muy temprano. Sus favoritos eran los de Enid Blyton. Era un amor profundamente sentido, porque es todavía misterios y secretos que bailan alrededor de los bordes de la mente de Kate, manteniendo despierta hasta la madrugada, girar o escribiendo páginas. Cuando terminó la escuela, Kate estudió y obtuvo la Licenciatura en discurso y drama en el Trinity College de Londres. llegó a completar un curso de verano de Shakespeare en la Real Academia de Arte Dramático de Londres y durante  algún tiempo creyó que su futuro estaba en el teatro, hasta que se dio cuenta que su amor era por las historias se convirtió en escritora.



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